lunes, 8 de febrero de 2010

Los falsos dioses violan los derechos humanos


«Los falsos dioses violan los más elementales derechos humanos. Siembran la intriga, odio y violencia, desunen, aplicando el conocido principio maquiavélico de El Príncipe, donde la división asegura la victoria a quien divide.

Estos íconos, a quienes la justicia, y menos aún la historia, nunca perdonan, desconocen la voluntad popular cuando no les favorece y basan su permanencia en la miseria de los demás, porque mientras más necesidad y pobreza acogoten a los pobres, incautos y oportunistas, éstos se harán más dependientes y las falsas deidades serán cada vez más indispensables.

Por todo ello, el Dios verdadero, mi Dios, tu Dios, nuestro Dios, nos espera con los brazos abiertos. El Dios verdadero perdurará por los siglos de los siglos. Tengamos fe y actuemos en consecuencia. Los dioses de barro son pasajeros, efímeros, y además, no hay mal que dure cien años. »


José Clemente Pérez Oráa